Retrato de mis raices
Esta obra nace desde la mirada íntima hacia la figura de mi abuela, pero se proyecta más allá de ella: es también una representación simbólica de las mujeres que habitan el mundo rural andino, de sus silencios, su fuerza contenida y su cotidiano invisible. El título, Retrato ande mis raíces, juega con un doble sentido entre el lugar físico y la raíz emocional que une al retratado con quien lo pinta. No se trata de una imagen que idealiza, sino de una reconstrucción visual que respeta la dignidad desde los gestos simples, la ropa usada, las manos marcadas por el tiempo y la escoba que acompaña como símbolo de trabajo, repetición y cuidado. La pincelada se apoya en una base realista pero se permite desviaciones expresionistas, sobre todo en el tratamiento de la tela, los fondos y la vibración emocional de ciertos contornos. No es una obra nostálgica, sino una afirmación visual: estas figuras existen, aunque no hablen; están, aunque no aparezcan en los libros. Amar sin conocer del todo, valorar desde el recuerdo o desde el eco de la presencia: esa es la raíz de este retrato. Pintar así no es solo representar a alguien, sino agradecer su existencia. Esta es una pintura que observa con respeto y construye desde el silencio la imagen de quienes nos dieron origen sin pedir ser recordados.
19.69 × 30.71 inch - 50 x 78 cm
Óleo / Tablero de fibra
2019